lunes, 20 de julio de 2015

La Revolucion Social


“Por primera vez en mi vida, me encontraba en una
ciudad donde la clase trabajadora llevaba las riendas.”
George Orwell sobre Barcelona en 1936. Homenaje a Cataluña.

Somos muchas anarquistas las que nos hemos interesado sobre la revolución social que comenzó en el noreste de la península ibérica el 19 de Julio de 1936 (las milicias, el enfrentamiento con el fascismo…) . Pero no debemos quedarnos solo con la historia, y mucho menos debemos de “copiar” la revolución social de 1936, pues no consiguió ni frenar al fascismo ni destruir el capitalismo. Debemos aprender de ella, tanto de sus aspectos positivos como de los negativos, debemos servirnos de su ejemplo para poner en marcha la revolución que abrirá una grieta en el capitalismo que nunca se cerrará, una grieta que destruirá por completo tanto al capitalismo como al Estado.
Y es verdad que son tiempos difíciles, pero sin embargo, tenemos muy claro que el capitalismo va a caer, pues este tiene a un enemigo mucho mayor que cualquier otro. La condición humana. La especie humana no ha progresado gracias a la competición entre los miembros de la misma, ni gracias a la formación de naciones y fronteras. La especie humana ha progresado gracias a la colaboración entre los individuos de los cuales se compone.
`Esto es nada menos que la revolución´, así de tajante se mostraba el periódico en su editorial del 23 de septiembre de 1936. La CNT comprendió que ambos procesos eran tan inseparables como necesarios y para ello tanto el anarco sindicato como el resto del Movimiento Libertario que englobaba a organizaciones como FIJL, Mujeres Libres, los ateneos libertarios o FAI emprendió un proceso de autooorganización sin precedentes en el cual el pueblo se educó a sí mismo para transformar la sociedad política, cultural y económicamente.
Este proceso revolucionario no solo frenó el primer conato de golpe fascista en Barcelona donde los reaccionarios comenzaban a tomar posiciones estratégicas, también puso contra las cuerdas el poder de la Generalitat y de la república burguesa que permanecía impasible ante el alzamiento militar.
Todo un entramado de escuelas dirigidas por y para los y las obreras, alrededor de 11.000 empresas colectivizadas, un aumento cuantitativo y cualitativo de la producción, una gestión comunitaria de la vida, una revolución feminista estallando en el seno de la propia revolución libertaria, ese es el bagaje que nos deja julio de 1936.
Este bagaje no es algo muerto, la historia continúa…

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