El pasado 24 de Marzo Juventudes Libertarias de Salamanca acudió a la manifestación convocada con motivo de la huelga de enseñanza del mismo día, que se llevó a cabo para protestar contra la última ley del odiado ministro de educación, José Ignacio Wert. En dicha manifestación hubo un bloque anarquista compuesto por, a parte de nuestro colectivo, la CNT y otros miembros de organizaciones anarquistas de la ciudad. Este bloque se realizó con la idea de diferenciarnos de otras organizaciones presentes en la manifestación con las que no compartimos nada en común y que, en algunos casos, no es de nuestro agrado su compañía. Con esto no nos referimos a todas las organizaciones, sino tan sólo a aquellas que buscan un objetivo electoral con este tipo de movilizaciones.
La manifestación no fue muy numerosa y tampoco tuvo mucha agitación durante su recorrido. Salió de la Plaza Mayor a las 12 y finalizó en el rectorado, lugar que se ocupó para exigir al rector que no lleve a cabo esta medida del gobierno. Estamos muy descontentos con esta actitud tan reaccionaria de los propios colectivos manifestantes, ya que consideramos que pegar pegatinas no es algo radical, propio solo de anarquistas o violentos, sino que es un mínimo de acción directa que hay que realizar en una huelga, además que oponerse a este tipo de acciones es más bien trabajo de la policía y no de un colectivo de izquierdas.
También se preparó un comunicado para la ocasión desde nuestro propio colectivo en el que se habla no solo del 3+2, si no también de otros problemas que existen todavía en la enseñanza, el cuál se puede leer a continuación.
MANIFIESTO
Reivindicar
una educación digna y de calidad no se trata únicamente de luchar
contra las leyes que nos impone un estado dominado por el capital. La
lucha por una educación digna debe empezar por la igualdad de trato
entre personas, independientemente de su condición, clase, sexo o
raza.
Actualmente,
aunque mucha gente crea que vivimos en un estado de igualdad, esto es
totalmente falso, puesto que la mujer sigue estando subordinada por
el hombre. En eso consiste un estado patriarcal, en la
institucionalización del dominio masculino sobre la mujer.
Estas
sociedades han estereotipado a las personas en función de su sexo
creando a mujeres recatadas, serviciales, sumisas y hechas para la
maternidad, y a hombres fuertes, dominantes e insensibles (incapaces
de llorar). Lo que conlleva a desigualdades a nivel social,
educativo, laboral y político. En la escuela primaria y secundaria
es donde se lleva a cabo el adoctrinamiento que luego influye
directamente en la elección de la carrera universitaria.
Según
el INE, de todos los profesionales que ocupan un puesto en la
enseñanza infantil, el 97’5% son mujeres mientras que en la
educación universitaria solo hay un 38`6%. Esto es debido a que
desde la infancia nos adoctrinan con la idea de que la mujer tiene un
instinto natural para el cuidado de los demás, dejándonos relegadas
e incapaces de ocupar puestos de poder. Esta misma situación ocurre
en el ámbito social, laboral y político.
Tanto
en el colegio como en el instituto se ve claramente la existencia del
machismo en las aulas, puesto que cuando una mujer no se adapta a las
imposiciones estéticas y sociales de su rol, siempre se la va
humillar. Por ejemplo, si una mujer juega al futbol y no se la ve
delicada y femenina se la acusa de marimacho, desvinculándola así
de cualquier tipo de deporte que no se nos haya atribuido desde esa
educación patriarcal que recibimos desde pequeños por parte del
estado.
Por ello
llamamos a la lucha contra la existencia del patriarcado en nuestras
aulas, ya sea en la educación primaria, secundaria o universitaria.
No podemos mantenernos al margen de un problema que nos afecta a
todos. Como miembros de esta sociedad debemos cooperar para lograr el
bien común, sin subordinados ni dominados.
Por
una educación libre, igualitaria y autogestionada.
Según el INE, de todos los profesionales que ocupan un puesto en la enseñanza infantil, el 97’5% son mujeres mientras que en la educación universitaria solo hay un 38`6%. Esto es debido a que desde la infancia nos adoctrinan con la idea de que la mujer tiene un instinto natural para el cuidado de los demás, dejándonos relegadas e incapaces de ocupar puestos de poder. Esta misma situación ocurre en el ámbito social, laboral y político.
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